¿Quién soy? La respuesta es simple, soy uno más del montón. Estoy muy bien en relación a muchos y estoy muy mal en relación a otros. Soy, calculo, como vos. Soy una persona joven, en sus veintitantos, que trabaja nueve horas por día de lunes a viernes como muchos otros. Que tiene que pagar su sistema de salud aparte como muchos otros. Que intenta estudiar en el tiempo que le queda libre, también como muchos otros. Y que como muchos de Uds. Tiene que pagar un alquiler. ¿Cuánto gano? Como vos. Tal vez un poco más, tal vez un poco menos. ¿Por qué escribo esto? PORQUE ME CANSÉ.
Esto ya no es cuestión de ser un joven K o una joven M o un bebe C. Esto es una cuestión mucho más general.
Alguna vez me tocó leer algo sobre la economía y si bien no entiendo del tema más que vos o que mi vecino si tengo algo muy claro, a saber:
YO no soy productor de campo.
YO no soy industrial.
YO no soy transportista.
YO no tengo una empresa.
YO no tengo un comercio.
YO no tengo casa propia.
YO no tengo auto.
Sin embargo con mi sueldo se paga:
Lo que el productor quiere ganar.
Lo que el transportista quiere ganar.
Lo que el mayorista quiere ganar.
Lo que el minorista quiere ganar.
Lo que los comerciantes de combustible quieren ganar.
Lo que las empresas de transporte quieren ganar.
Lo que los propietarios de departamentos y tierras quieren ganar.
EN RESUMEN: Tu sueldo, el mío y el de todos los laburantes desde el peón de campo hasta el portero de tu edificio, en definitiva, los sueldos de todos los denominados CONSUMIDORES FINALES terminan pagando aquello que no resignan perder ninguno de los eslabones anteriores de la cadena.
Ahora es el campo, ayer fueron los fondos buitres, las tarifas de servicios y mañana seguramente será otra cosa. La falta de una política de precios permite que cada quien presione para ganar lo que cree que debe ganar.
TODOS MENOS NOSOTROS:
Porque nuestras paritarias las deciden sindicatos funcionales no al gobierno sino a los empresarios. Porque no podemos hacer un paro simplemente por ser consumidores que quieren pagar menos. Porque el boicot a los productos que aumentan no es posible si lo que aumenta es todo.
Podemos no comer carne si aumenta mucho, pero no podemos dejar de comer carne, verduras, lácteos, harinas. No podemos dejar de alquilar si no nos dan créditos para tener una casa digna. No podemos viajar desde nuestras casas a nuestros trabajos caminando o en bicicleta. Estamos obligados a comprar a los precios que el mercado dispone con los sueldos que nuestros gremios arreglan.
Y eso que yo tengo un trabajo. Y mi pareja tiene otro. Y mis padres tienen los suyos.
Yo no tengo hijos que consuman útiles escolares ni deban pagar cooperadoras (ni hablar de cuotas de educación privada), ni padres jubilados de los que hacerme cargo.
AHORA LA PREGUNTA ES ¿HASTA CUANDO? En 2001 gritamos que se vayan todos y no sólo no se fue nadie sino que vinieron nuevos que demuestran ser más de lo mismo.
El pueblo en general se empobrece y la promesa de una redistribución de la riqueza y de un sistema con inclusión social se me figuran cada vez menos reales cuando veo que no me queda tiempo para trabajar más de lo que trabajo y cada vez llego peor a fin de mes.
No sé como se frena esto. No sé como se hace de un correo o un blog algo suficientemente masivo para que todos los que vemos disminuida nuestra capacidad de consumo nos juntemos a decir ESTO NO VA MÁS. No sólo a los políticos, sino a todos aquellos que en un momento complicado elijen aumentar sus ganancias a costa de los sueldos de los que doblamos la espalda para sostener un sistema de consumo.
Lo único que se me ocurre es hacerte llegar esta carta, para que vos, si estás de acuerdo con ella se la hagas llegar a alguien más, y entre todos hagamos la presión necesaria para que quienes tienen que tomar cartas en el asunto las tomen de una buena vez.
Yo no quiero cortar calles. No quiero que digan que hago piquetes. No quiero ser oficialismo ni oposición.SOLAMENTE QUIERO LLEGAR A FIN DE MES… Si estás de acuerdo con lo que leíste contáselo a tus viejos, a tu abuela, a tu vecino y a todos cuantos puedas y el día 30 de junio, a las 21 horas apagá las luces de tu casa, salí a la puerta con o sin cacerolas y empecemos nosotros a tomar cartas en el asunto.
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